REGRESO AL FUTURO
El 20 de noviembre de este año, se cumplirán 40 años del cambio más importante que ha vivido España en las últimas décadas. Ese mismo día del año 1975, la vida de todos los españoles, de una u otra forma, cambió.
Con la muerte de Franco se abrió un periodo de incertidumbre que a nadie nos dejó indiferentes. Quienes tenían inclinaciones políticas, deseaban una oportunidad de organizar la sociedad de forma diferente; quienes no tenían más interés que trabajar y vivir en paz, les preocupaba que los españoles volviéramos a enzarzarnos en luchas que tan trágicos resultaron tuvieron.
No era nada sencillo dar el paso de la Dictadura a la Democracia; unos, querrían mantener su "statu quo" a toda costa; otros, deseaban implantar el nuevo sistema a la mayor velocidad posible. El previsible choque de trenes, de resultados impredecibles, no se produjo.
Por una vez en la historia de España, la cordura se apoderó de los principales actores, y, ni los unos, ni los otros forzaron la máquina para conseguir sus objetivos.
Poco a poco, el ciudadano de a pie, fue recobrando la tranquilidad; comprobó, con satisfacción, que se iban dando pasos importantes, sin estridencias y sin enfrentamientos graves.
Como sin darnos cuenta, el año 1978 casi todo estaba arreglado, y una Constitución consensuada, por todos, iba a regir los destinos de España.
Esa Carta Magna, nos ha permitido vivir uno de los periodos más largos de nuestra historia en Democracia. Todos hicimos el esfuerzo de encerrar nuestros fantasmas en el armario, y mirar hacia adelante. No fue un camino de rosas; pero, las espinas que surgieron en él pudieron ser quitadas sin que los cimientos se resintieran.
Casi cuarenta años después, ante la sorpresa de buena parte de los españoles, han aparecido, sin saber cómo, ni por qué, movimientos socio-políticos que pretenden hacernos retornar a épocas pretéritas que muchos considerábamos superadas.
No son grupos organizados que, unidos por una misma ideología, quieran cambiar para mejorar lo que haya de mejorable en nuestro país, que no es poco. Son movimientos que, carentes de ideología, sólo tienen un objetivo común: destruir lo construido, y ofrecer "el cielo en la tierra".
En esa labor destructiva, han comenzado por los cimientos; por pretender quitar lo que sustenta el edificio social de una comunidad organizada y civilizada: símbolos, himnos, tradiciones, creencias religiosas, lenguas; en definitiva, todo aquello que sirve para reforzar la unión y convivencia entre los españoles.
Sabedores de que sus descabelladas propuestas no tienen demasiada aceptación, no dudan en recurrir a la violencia, la amenaza o el chantaje, para doblegar las voluntades, y fraguar sus objetivos.
Ese tren en el que viajamos los españoles, que nos ha transportado, con algún que otro bache, durante casi cuarenta años, pretenden sacarlo de sus raíles; y unos "guardaagujas",preparados al efecto, nos quieren cambiar de unas vías seguras, para hacernos circular por otras que harán que nuestro tren entre en el "túnel del tiempo".
